Control de los materiales: rechazos, mermas, rebabas y defectuosos

El principal problema que plantea el control del material en transformación radica en el establecimiento de las existencias. Su determinación exige el conocimiento de las entradas y de las salidas (al almacén de productos acabados o semiterminados, rechazos, mermas defectuosos...). Las entradas no ofrecen dificultad y coinciden con lo dicho al hablar de la salida del almacén de materias primas en contabilidad analítica.

En lo referente a las salidas, al menos en teoría, tampoco debería existir problema, ya que bastaría con conocer por referencia la entrada en almacén de productos acabados. Las existencias vendrían determinadas por esta diferencia, habida cuenta de la existencia inicial, y suponiendo que no existan mermas, rechazos, desperdicios... Pero, por desgracia y por propia experiencia, ésta no es la situación normal. Durante la transformación se producen rechazos, defectuosos, etc., que es necesario controlar; control que ha de extenderse para cada orden de fabricación o lote económico, si quiere calcularse posteriormente el coste real del material utilizado en la fabricación del producto al que se refiere en la orden de fabricación.

La solución ideal consistiría en conocer exactamente en cada fase del proceso de fabricación la cantidad que se ha recibido de la anterior para deducir qué parte de la diferencia constituye rechazos, mermas. Por ejemplo, si un material tiene que pasar por tres máquinas, digamos, A, B y C, antes de su total transformación y conocida la cantidad inicial a tratar en la máquina A, al final de su operación, y antes de pasar a la B, habría que proceder a contar o pesar el material, así como los rechazos, si se hubieran producido, y el material de recortes, rebabas... Así, si la máquina A ha recibido 1000 kilos, y al final de su operación han quedado 800, existe una diferencia de 200 kilos, que serán rechazos, mermas, defectuosos, etcétera. Ya que los rechazos deben controlarse por separado, como veremos, el resto del material recuperable (defectuosos, despuntes...), debe colocarse en un lugar adecuado y proceder a su recuento o peso. En nuestro sencillo caso, suponemos que no ha habido rechazos, y que el material recuperable es de 150 kilogramos. La diferencia hasta los 200 (50 kilos) constituirá la merma no recuperable. Todos estos datos deben ser objeto de una anotación y control riguroso para los posteriores cálculo del coste del material y la determinación de las existencias.

En cuanto a los rechazos, y debido a que tienen una gran importancia en la fabricación, deben controlarse de la manera más rigurosa posible. Por cada referencia hay que determinar el rechazo producido, y almacenarlo con esta misma referencia, en espera del dictamen del control de calidad.

Más difícil es el problema de controlar las mermas. Si se conoce que las mermas se producen en una fase determinada de la fabricación, y son de gran importancia, conviene llevar el control de las mismas mediante el establecimiento de los elementos de medida adecuados. Si se desconoce, y teniendo en cuenta datos técnicos, habrá de establecerse por cada proceso de fabricación, y materia prima, o grupo de materias primas, una merma teórica total.

Por lo que se refiere a los defectuosos, puede bastar igualmente un control global (siempre de que no dispongamos de los medios o de que no resulte rentable el establecerlos en relación con la precisión que pueda alcanzarse). Si se ha establecido una merma teórica y se controlan los rechazos, el defectuoso vendrá determinado por la diferencia entre el material salido a fabricación y la entrada en el almacén de productos acabados mas rechazos y merma teórica.

A la vista de estas consideraciones, ¿cómo determinaremos las existencias en fabricación? Consideramos como existencias de material en transformación las unidades inicialmente salidas para fabricar un producto, deduciendo únicamente los rechazos. Cuando el producto se termine y entre en el almacén, realizaremos los abonos correspondientes por mermas y defectuosos para el cálculo del coste de material.
Supongamos, por ejemplo, que para fabricar el producto A se sacaran de materia prima en el mes de enero 1.000 kilos. Durante este mes, se ha producido un rechazo de 200 kilos. El producto se ha terminado en enero. La existencia que consideraremos será:

1.000 kg inicialmente (salidas) - 200 kg de rechazos = 800 kg,
y los valoraremos a precio de materia prima.

Claro que es probable que se hayan producido recortes, rebabas, defectuosos, mermas y otros, durante este me, y que si pesáramos este material no coincidiría con los 800 kilogramos que hemos dado de existencia. Este problema ya será explicado.


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