Contabilidad para todos y todas

El sistema de los costes proporcionales puede construirse para los costes y presupuestos standar. El establecimiento de los presupuestos de explotación de cada centro se realiza de la manera siguiente: se determinan las cargas de estructura del centro considerado; se determinan la producción del centro y de su estructura (por ejemplo n productos A, m productos B); se determinan los costes standards de materiales y mano de obra para cada uno de los productos. Se deducen, por consiguiente,  los costes proporcionales directos de la fabricación de A, y de la fabricación B en el centro considerado. se determinan los otros costes proporcionales ligados a la actividad del centro o a su producción total (tales como agua, gas, electricidad); estos costes se determinan a menudo a partir de datos anteriores de explotación. se fijará un precio provisional de cesión para cada uno de los productos fabricados o vendidos: este precio de cesión de la sección considerada a otras secciones

Aquí será preciso para cada centro de actividad de la empresa analizar las cargas en: costes proporcionales a la actividad o a la producción de la sección; carga de estructuras fijas. Cada centro vende su actividad o su producción, bien para existencias, o a otra sección, a un precio de cesión que constituye la cifra de ventas de este centro. Puede, por consiguiente, determinarse para cada centro: un margen de beneficio; el umbral de rentabilidad; un beneficio neto de explotación; índices de rentabilidad y gestión. Ejemplo: En la sociedad "REPUESTOS PARA TODOS Y TODAS" se desea vigilar la gestión de cada sección. Se decide que los precios de cesión entre las secciones serán los siguientes: A: el precio de sección de la pieza: 3 euros/kilogramo. B: precio de hora de la mano de obra directa: 10 euros/horas. Establecer el cuadro de explotación de cada sección: Taller A Taller B Distribución A Cifr

La relación entre la cifra de ventas y el margen alcanzado por ésta. da lugar a la cifra de ventas necesarias para conseguir un euro (unidad monetaria) de margen. Basta multiplicar esta unidad de cifra de ventas por el importe de la carga de estructura a cubrir, para obtener el umbral de rentabilidad, es decir: (30000/21947,5)*8850 = 12097,04 Para ver el ejemplo, pulsa aquí .

1º. Cálculo de los costes proporcionales de los tres pedidos: Conceptos de coste A B C Total CARGAS DIRECTAS Materias primas 360 180 260 800 Mano de obra directa 1000 1150 1000 3150 CARGAS INDIRECTAS Taller A 594 297 396 1287 Taller B 675 780 600 2055 Coste de producción 2629 2407 2256 7292 Coste de venta 225 247,5 288 760,5 Coste proporcional 2854 2654,5 2544 8052,5 Importe Porcentaje (%) A Cifra de ventas 30000 100 B Costes proporcionales 8052,5 26,84 Costes de producción 7292 24,31 Costes de venta 760,5

El índice de rentabilidad es el porcentaje de la cifra de ventas que excede al umbral de la rentabilidad. Es, por tanto, la parte de la cifra de ventas cuyo margen suministra el beneficio de explotación. De ahí su interés: cuánto más elevado sea, mayor será la seguridad de la empresa. Si S es el umbral de rentabilidad, V la cifra de ventas, el índice viene dado por la fórmula: Ir = ((V - S)/V)*100 En un ejemplo práctico, espero que se vea con mayor claridad el cálculo de estos índices. La Sociedad "REPUESTOS PARA TODOS Y TODAS", está especializada en la fabricación de piezas de repuesto para automóviles. Comprende los talleres y servicios siguientes: Taller A Taller B Servicio comercial Servicio administrativo En el curso del primer trimestre de 2014, la sociedad ha fabricado y vendido tres pedidos: Pedido A: 75 unidades tipo X-101 a 60 euros la unidad. Pedido B: 150 unidades tipo V-6 a 45 euros la unidad. Pedido C: 160 unidades tipo Z-7 a 50 euros

Indices de gestión Un índice de gestión es el porcentaje de la cifra de ventas necesaria para cubrir una parte determinada de las cargas de estructura. Puede determinarse un índice de este tipo para las cargas de gestión o para las financieras o fiscales. Para obtener el índice, se determina el umbral de rentabilidad parcial que corresponde a la cobertura de las cargas consideradas. Si V es la cifra de ventas realizada, S´ es el umbral de rentabilidad parcial, el índice viene dado por la fórmula: Iv =( S´/V) * 100 E ste índice nos señala la rapidez con que las ventas absorben dichas cargas de estructura: cuanto más corto sea, mayor será la posibilidad de obtener beneficios.

El análisis de los gastos de la empresa nos permite llegar a conocer por separado: las cargas proporcionales o costes proporcionales; las cargas de estructura. Las cargas proporcionales comprenden: los costes proporcionales de producción que se refieren a los productos fabricados; los costes proporcionales de distribución se refieren a los productos vendidos. Los costes proporcionales de producción, una vez calculados, se reparten entre los productos almacenados y vendidos. Los productos almacenados se valoran, por tanto, en costes proporcionales. El coste total de los productos vendidos comprende, por tanto, su coste directo de producción, al que se añade el de distribución. Creo que conviene señalar que los costes proporcionales abarcan, aparte de los costes de materiales y de personal, todos los elementos que se relacionan con la producción o venta, tales como los gastos de suministros, pequeño utillaje, mano de obra indirecta, gastos de venta..., que h

Creo que se puede resumir lo expuesto en los siguientes principios: el sistema de costes proporcionales o direct costing se funda en las relaciones entre el volumen de venta y fijación del umbral de rentabilidad o punto muerto; la hipótesis fundamental radica en que la cifra de ventas de una empresa asegura el beneficio cuando se cubren: las cargas proporcionales a esta cifra de ventas o costes proporcionales; todas las cargas de estructura o costes fijos (o mejor dicho, costes del periodo de la empresa) de la empresa.       Su aplicación, por tanto, supone: que todas las cargas de estructura se soportan únicamente por los productos vendidos; que las existencias de productos acabados se valoran únicamente en costes proporcionales.      3. el análisis y comparación de cifras de venta y de los costes proporcionales ponen en evidencia la                  noción de margen de beneficio. El margen de beneficio es la diferencia entre la cifra de ventas y el total de los cos

Aunque por lo que venimos diciendo, existen dificultades para definir la función de costes, hemos supuesto que la contabilidad analítica nos puede proporcionar suficiente información sobre los montantes de los costes fijos y, por lo que respecta a los costes variables, basándonos en informaciones pasadas podemos calcular para diversos volúmenes de producción los importes correspondientes ligándolos por una simple proporcionalidad. La hipótesis de considerar la función de ingresos como una recta supone un precio constante. La actividad se mide normalmente en unidades fabricadas, que coinciden con las vendidas. al suponer la constancia de stocks. De todos modos, como el caso más real es que la producción sea multiforme, lo cual dificulta esta medida, suele eliminarse esta dificultad empleando ciertas unidades físicas, como el peso global de la producción o las horas de trabajo. Esta medida representa una aproximación, y en las empresas que fabrican productos cuya composición en tra

Conjuntando en un mismo gráfico la curva de ingresos y de costes, se establece el gráfico que ha dado en llamarse técnica del punto muerto , donde el eje vertical señalas los ingresos y costes totales, y el horizontal el nivel de actividad de la empresa. Se puede apreciar que tanto los ingresos como los costes totales aumentan el nivel de actividad, y como es lógico (ya que de otro modo no existiría el lucro ), los primeros con mayor pendiente o aceleración que los segundos. Resulta de ello que los ingresos por partir del origen (para unas ventas nulas, el ingreso será nulo), inicialmente van por debajo de los costes (que parten de unos gastos fijos para una producción nula). Se cruzan en un punto M (punto muerto) de la producción, donde los ingresos igualan a los gastos. El nivel de actividad (que estamos considerando, para mayor comodidad tanto de producción como de ventas), representado por el punto M, señala el mínimo de actividad a partir del cual la empresa se convierte

Para llegar a conocer el coste marginal, supone salvar ciertas dificultades, como: a) El aumento unitario del coste o coste marginal La teoría económica, en su formulación matemática se refiere al aumento suplementario en el sentido de una unidad infinitesimal; sin embargo, en la práctica industrial o comercial no se puede contar sino en dimensiones manejables. No hay que hacerse falsas ilusiones; lo que podremos acaso calcular de manera contable es el coste de un lote suplementario bastante importante. b) Los escalones de variación de las cargas fijas Las cargas que constantemente se consideran fijas, son cargas que efectivamente no varían dentro de una zona de actividad bastante amplia; pero cuando se quiere extender esta zona de actividad se admite que estas cargas son variables; así el aumento de una máquina dentro de un equipo, para incrementar una producción que ya estaba a tope. c) Las producciones múltiples Lo normal es que las empresa no fabrique un solo bien o no

Ya ha quedado razonada la aparición del direct costing impulsado principalmente por la falta de relación que resulta en ciertos momentos de la coyuntura económica entre el precio de coste y el precio de venta. El primero es el precio mínimo que el producto puede aceptar a la hora de realizar un servicio; el precio de venta es el máximo que puede pagar el comprador. Al no depender los dos precios de las mismas causas, conviene que la contabilidad esté en condiciones de facilitar observaciones de los dos puntos de vista para hacer uso de ellos en casos concretos, sin olvidar el coste completo. El coste directo parte de distinguir los gastos de explotación en dos grupos: los costes variables, los costes fijos o de estructura De acuerdo con ellos, en el coste directo los gastos de la primera categoría se cargan a los diferentes productos fabricados o los servicios prestados, de acuerdo con las técnicas habituales. Los desembolsos del segundo grupo no se integran en el

Finalmente, en la acomadación de la empresa a largo plazo existe un aumento de la capacidad a costa de aumentar sus costes fijos o de estructura. Como en todo problema a largo plazo, la resolución de su interés económico depende de un montón de circunstancias que dificultan sus análisis. Aunque, por experiencia, las empresas nacen con un sentimiento de crecimiento, que más tarde o más temprano, les pone en la disyuntiva de tomar las decisiones de inversión, lo que exige calcular a priori, la rentabilidad de las mismas . Para ello, es preciso tener en cuenta la totalidad de los gastos que entraña dicha inversión, comprendiendo los gastos generales, comunes... es decir, el precio de coste completo.

Considerando la empresa a corto plazo, es decir, sin modificaciones en su estructura, existe otra posibilidad de modificar la capacidad de producción. Dado un grado de ocupación óptimo, y un ritmo de trabajo o productividad máximo, se puede hacer elevar o disminuir la producción aumentando o reduciendo el número de días de trabajo dentro del año o el número de horas por día de producción (o ambas cosas a la vez). Este grado de actividad o utilización si que hace referencia exclusivamente a la variación de los costes fijos y resuelve la cuestión planteada respecto a los distintos grados de utilización de capacidad de la empresa y la variación de sus costes fijos, como ya explicaré.

Existe otra posibilidad de aumentar la producción, independientemente del grado de ocupación señalado en el párrafo anterior; se trata del efecto consecuente de la productividad, entendida como cociente de la producción por los medios empleados. El aumento de capacidad derivado de este hecho tiene unos límites marcados por las características técnicas de las máquinas y las leyes que regulan los trabajos con incentivo. El objetivo de toda dirección, encaminado al abaratamiento de los costes de un modo primordial, consiste en conseguir el mayor grado de productividad de sus recursos humanos y de sus medios materiales, pero no tanto por rebajar sus costes fijos, sino los variables, sobre los cuales la productividad incide de un modo altamente satisfactorio. Es decir, que el aumento de productividad supone un abaratamiento de los costes totales, y en tal sentido, es preocupación constante de las empresas el conseguir el mayor grado posible de la misma para todos sus medios de producció

Existe un primer concepto de ocupación, que hace referencia al grado de utilización de la maquinaria, instalaciones y personal. Podemos disponer de un equipo de trabajo totalmente ocupado o con máquinas de reservas, para una mejor utilización de la planta en caso de averías, largos procesos de preparación de utillajes, ajustes para cambios de series, etcétera. Por lo dicho, tales ocupaciones suponen variaciones de producción y, por tanto, de los costes fijos, pero a costa de variaciones en sentido contrario de los costes variables. Por tanto, e l problema consistirá en establecer aquel punto óptimo de ocupación para el tipo de industria o empresa que se trate, de tal modo que el coste total sea mínimo. Supongamos un taller donde la jornada de trabajo es de tres relevos de ocho horas durante los días laborables, y existe un equipo mecánico compuesto de cinco tornos para trabajos en serie, y los cuales es necesario revisar de acuerdo con un cuadro establecido de prevención, reparar e

Se trata de resolver la cuestión de fijar la ley que determina la variación de los costes de una empresa al someterse su instalación fija a diferentes grados de explotación de su capacidad, tal como intenté reflejar en esta sección. , donde se pueden apreciar las variaciones de los distintos costes totales y unitarios a medida que varía el grado de utilización. Ahora bien, la explotación de capacidad puede entenderse de distintas formas, es decir, tener diferentes concepciones. Intentaré explicarlo en las secciones siguientes.

Muchas de las motivaciones que favorecen el empleo del coste marginal en detrimento del coste total no tienen tanta fuerza si se distinguen y analizan las circunstancias en que este último es empleado. En efecto, consideraciones de tipo comercial han hecho agudizar el sistema de cálculo de costes, apoyado por una clara distinción entre contabilidad general y analítica o interna. Nadie duda de que los costes de estructura suponen una carga del periodo, que en definitiva, viene a disminuir el resultado fina l; pero igualmente debe quedar claro que el resultado interno solo debe comprender los costes necesarios; es decir, aquel consumo de bienes que no está en relación alguna con la producción alcanzada en el periodo, constituyen costes no necesarios que no tiene porqué imputarse a dicha producción. Un planteamiento del sistema de costes desde el punto de su realidad concreta, comparable con cifras de la competencia y las tarifas que rigen en el mercado, exige una exacta separación