Cálculo del umbral de rentabilidad

Aunque por lo que venimos diciendo, existen dificultades para definir la función de costes, hemos supuesto que la contabilidad analítica nos puede proporcionar suficiente información sobre los montantes de los costes fijos y, por lo que respecta a los costes variables, basándonos en informaciones pasadas podemos calcular para diversos volúmenes de producción los importes correspondientes ligándolos por una simple proporcionalidad.

La hipótesis de considerar la función de ingresos como una recta supone un precio constante.

La actividad se mide normalmente en unidades fabricadas, que coinciden con las vendidas. al suponer la constancia de stocks.

De todos modos, como el caso más real es que la producción sea multiforme, lo cual dificulta esta medida, suele eliminarse esta dificultad empleando ciertas unidades físicas, como el peso global de la producción o las horas de trabajo. Esta medida representa una aproximación, y en las empresas que fabrican productos cuya composición en trabajo o materia prima es muy diferente, el criterio pierde categoría. Por esto, en muchos casos, se vuelve a la medida de actividad en cifra de facturación. Así se hace homogénea la unidad de medida para productos diversos y se eliminan las dificultades antes enumeradas.

El inconveniente se halla ahora en que utilizamos la misma magnitud para medir los ingresos, los costes y la actividad, resultando que los costes de venta no siempre son proporcionales a los costes ni a la ocupación.


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