Límites de la aplicación del coste marginal (I)

De lo expuesto hasta aquí, y haciendo un resumen, podemos examinar las diferencias de concepto entre el sistema clásico de los precios de coste completos y los costes directos en tres planos:

  1. el análisis de los gastos;
  2. la determinación de la rentabilidad de los distintos productos o actividades;
  3. el estudio de las decisiones a largo plazo.
Respecto al primer punto, no parece necesario (en mi opinión) volver sobre la clasificación y concepción de los costes en los dos sistemas. especialmente por lo que se refiere a los costes variables, directos y marginales.

De otra parte, la noción de costes fijos deriva, como ya he explicado, de una concepción estática de la gestión, pues es bien conocida, al menos entre los economistas la frase de que a largo plazo no existen los costes fijos.

El conocimiento de la rentabilidad de los productos y por tanto, la formación de los precios de venta puede establecerse de modo distinto:
  • con los precios de coste completo, donde el esquema será: Precio de coste completo + beneficio neto = Precio venta;
  • para el coste directo, el esquema es: Precio de venta - Precio coste directo = Margen bruto
El precio de venta viene impuesto por las condiciones del mercado. La suma de los márgenes brutos para todos los productos o todas las actividades de la empresa, debe permitir la cobertura de los gastos fijos de estructura y dejar un beneficio neto.

Es más, el marginalismo responde esencialmente a la optimización de este beneficio a corto plazo, como ya ha quedado explicado, pues es cuando se puede decir que los costes fijos son "más fijos".

Pero una ganancia marginal a corto plazo no está conforme necesariamente con los intereses de la empresa y de la economía en general. Por ejemplo, una ganancia marginal a corto plazo resultante de la venta de un producto con pérdida, puede tener por consecuencia a medio plazo, la desorganización total del mercado.

Supongamos dos empresas que fabrican el mismo producto, pero que sus estructuras son distintas al estar una de ellas más mecanizada. Tienen los siguientes costes:


Empresa A (muy mecanizada)
Costes variables unitarios 6
Costes fijos 4
COSTE TOTAL 10

Empresa B (poco mecanizada)
Costes variables unitarios 8
Costes fijos 2
COSTE TOTAL 10

En el caso de que la empresa A tome la decisión de vender su producto, supongamos, en 6,5 euros, es decir, con un margen de 50 céntimos de euro, y la B, que de hecho no conoce el desglose de sus costes pero que no se cree menos que la competencia, se adapte a dicho precio, venderá con pérdida, hasta que la empresa A consiga el monopolio de mercado al arruinar a la empresa B. En este caso, el mercado no responde a la realidad de los costes.

Por tanto, elegir entre un sistema u otro dependerá de varios factores, con sus limitaciones, que explicaré en la siguiente entrada.

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