La depreciación

Es evidente que los elementos que integran el inmovilizado están sometidos a un continuo proceso de pérdida de valor. Esta pérdida puede deberse a diversas causas:

  • Depreciación física: Pérdida de valor debida al simple paso del tiempo, independientemente del mayor o menor uso que se haga del elemento inmovilizado en cuestión.
  • Depreciación funcional: Desgaste y pérdida de valor por el funcionamiento.
  • Obsolescencia: Disminución del valor por causas externas al elemento de inmovilizado (aparición de nuevas tecnologías, cambios en la demanda por nuevos gustos o modas, cambios en la políticas de la empresa y otras)

La contabilidad recoge la pérdida de valor de los elementos de inmovilizado mediante correcciones de valor, con criterios y métodos distintos según el carácter de reversibilidad, la pérdida y la continuidad u ocasionalidad de dicha pérdida.

La depreciación que un elemento de inmovilizado puede sufrir de una manera definitiva y no habitual se tratará dando de baja el inmovilizado y anotando un gasto.

La depreciación reversible ocasional se corrige mediante las pérdidas por deterioro.

Y, tratándose de depreciación irreversible y sistemática se corregirá a través de la amortización.

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